La sala / Recursos


Sala de musicoterapia
  Sin duda alguna el recurso imprescindible para trabajar esta terapia es el humano, el musicoterapeuta encargado.
   A parte de él y de las actividades musicales, se necesitan recursos y materiales para el buen funcionamiento. Aquí encontramos una sala para desarrollar la musicoterapia.
  Esta sala debe ser un espacio especialmente acondicionado para así poder aplicar sin dificultades la musicoterapia dentro de un contexto no verbal. Es evidente que debemos cuidar cualquier interferencia sonora. Como primera regla debe ser una sala aislada acústicamente de todo tipo de sonoridades que provengan tanto del exterior como del interior y crear una atmosfera de silencio. La iluminación y su control son importantes, ya que muchos juegos y ejercicios de movimiento, audiciones,etc., es preferible que se desarrollen en ambientes controlados de luz (preferentemente natural).
    De igual forma, se deben evitar las salas con reverberación. Sus dimensiones deben ser aproximadamente de 5x5 m. No debe ser un salón demasiado amplio, pues provoca distorsión, con la consiguiente pérdida de la noción del espacio. Pero tampoco debe reducirse mucho sus dimensiones, pues se utiliza el cuerpo y el movimiento y debe ser un espacio cómodo.
   Las paredes no deben tener objetos decorativos y estarán recubiertas de madera hasta la mitad de su superficie.  Y el suelo será de madera, teniendo en cuanta la posibilidad de trasmitir a través de él la máxima cantidad de vibraciones. Deberá estar el suelo totalmente libre para poder moverse, saltar, correr y desplazarse por el suelo.
   Dentro de la sala de musicoterapia deberá haber un equipo de sonido, un repertorio de música y diferentes instrumentos de percusión, aire, metal, o incluso objetos cotidianos para producir sonido.




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