lunes, 11 de marzo de 2013

Origen de la música como terapia


La mayoría de la gente piensa en la musicoterapia como un campo relativamente nuevo. Pero ya desde la antigüedad se reconocía el poder de la música para crear emociones y los beneficios terapéuticos que producía.
Desde el antiguo Egipto (1500 a. de C) los papiros recomendaban el uso de la música para curar la infertilidad de las mujeres. También en China, se atribuían virtudes terapéuticas a una serie de notas musicales relacionadas con órganos específicos del cuerpo. Aunque la mayoría de autores sitúa el uso racional de la música para prevenir y curar enfermedades desde la Grecia de Platón, Aristóteles y Pitágoras.
Durante la Edad media, se recuperaron las atribuciones mágicas de la música y los instrumentos (teóricos como San Basilio y Severino Boecio), mientras que el Renacimiento vino a destacar su importancia como vehículo de expresión (el teórico flamenco Joannes Tinctoris).  En el barroco surge “la teoría de los afectos” como heredera de la teoría griega del Ethos y sirve como base a un nuevo estilo musical: la ópera (teóricos importantes como Athanasio Kircher  y Robert Burton ).
Thayer Gaston decía: “Música es la ciencia o el arte de reunir o ejecutar combinaciones inteligibles de tonos en forma organizada y estructurada con una gama de infinita variedad de expresión, dependiendo de la relación de sus diversos factores componentes (ritmo, melodía, volumen y cualidad tonal). Terapia tiene que ver con cómo puede ser utilizada la música para provocar cambios en las personas que lo escuchan o ejecutan”.
En el siglo XVIII se empiezan a estudiar los efectos de la música sobre el organismo, pero basándose en un punto de vista científico (médicos como el francés Louis Roger o los ingleses Richard BrocklesbyRichard Brown que escribió “medicina musical”).
A comienzos del siglo XX continúa la aplicación científica de la música como terapia, pero este uso no se hace de forma abierta hasta que se contrata a músicos para tocar en los hospitales de combatientes americanos de la primera guerra mundial. Y a mediados de siglo se crea en la Universidad de Michigan el primer plan de estudios destinado a la formación de musicoterapeutas,
El primer congreso mundial de Musicoterapia se celebró en París en 1974. Desde aquí, el movimiento y desarrollo de la musicoterapia ha tenido un gran crecimiento. Se han desarrollado carreras de grado y postgrado en Europa, Asia, Oceanía y en el Continente Americano. Convirtiéndose en una profesión que cuenta con planes de estudio universitarios, códigos éticos, metodologías, técnicas y estrategias.
Desde entonces hasta hoy,  ha habido un gran avance. Especialmente, esta área de la Musicoterapia cuenta con un desarrollo bastante importante en países como Alemania, Argentina, Francia, España o Reino Unido. sobre todo en áreas relacionadas con la neurosis, los trastornos psicosomáticos, el autismo infantil y la educación especial.
A la cabeza de estos países se sitúa Estados Unidos, (ya desde la Primera Guerra Mundial, los hospitales de veteranos contrataban músicos como ayuda terapéutica) con cerca de siete mil profesionales en ejercicio y una importante labor de investigación. Hay que hacer mención especial también al trabajo que viene desarrollándose en países como Brasil, Colombia, Uruguay o Argentina, donde en 1966 el psiquiatra infantil Rolando O. Benenzon fundó la Asociación Argentina de Musicoterapia, y donde en 1981 se creó la Asociación de Musicoterapeutas Argentinos.
   Concretamente en España, la española Serafina Poch inicia su investigación para la tesis de licenciatura “La influencia de la música en el niño”, continuó en un Internado de EEUU como Musicoterapeuta y también trabajó como musicoterapeuta en Nueva York, en la Escuela Boscana de Barcelona, en el Instituto Psicopedagógico Mundet, en el Hospital Clínico de Barcelona y en muchos otros centros más. Hay que destacar también la labor de otros españoles como Natividad García, Samperio Flores, Joan Obiols y Josefa Lacárcel.